Se murió.

Quiero agradecer su ayuda al "Grupo de Reabilitación de la Fauna Auntóctona y su Hábitat", GEFRA, que se ofrecieron para hacerse cargo del polluelo; lástima que el hospital de animales donde trabajan está en la Comunidad de Madrid. De todas formas, gracias.
El pájaro
Un silencio de aire, luz y cielo.
En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.
Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.
OCTAVIO PAZ
3 comentarios:
Ni tan siquiera lo vi, pero me dió penita ayer cuando me enteré...besos
He leido las otras entradas al respecto. Pobrecillo, descanse en paz. De todas formas, seguro que allá donde esté, estará orgulloso de tener un padre adoptivo como tú.
He puesto una entrada en otro comentario sin leer que había muerto.
ví la foto. Muy jóven. Yo nunca he conseguido sacar a uno tan jóven. No es descartable que tuviera daños internos derivados de la caida.
Es más gratificante polluelos más crecidos, jóvenes para defenderse por sí mismos, pero crecidos para sobrevivir.
Un saludo.
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