Nuevos vientos de guerra en Sudamérica.

Una desafortunada incursión del ejército colombiano en territorio ecuatoriano es el detonante de un serio conflicto que implica a tres países que, por historia, cultura y geografía, deberían ser hermanos. Colombia se desangra desde hace décadas debido a una serie de movimientos guerrilleros supuestamente revolucionarios que más se dedican a la extorsión, el secuestro, y el cultivo y tráfico de drogas y cuyos líderes no buscan otra cosa que enriquecerse y perpetuarse en el poder regional; tienen dinero...¿por qué no lo usan para participar en la política colombiana de forma democrática? Porque esto no es lo que les interesa. La paz y la estabilidad que supuestamente buscan sólo se consiguen cuando se dejan de usar las armas, no hay otra.

Por otro lado, un verdadero movimiento revolucionario que luche, pongamos por caso, contra una dictadura, acaba siempre venciendo si tiene el apoyo del pueblo y si éste no fuera el caso, la lucha armada no tendría ningún sentido. La única cosa cierta es que, al final, en todos los conflictos armados acaban muriendo y padeciendo los mismos, los más desfavorecidos.
Colombia ha hecho mal atacando a los guerrilleros de las FARC dos kilómetros tierra adentro en Ecuador y ha hecho mal si, como parece, se ha tratado más de una ejecución que de un enfrentamiento militar...pero este despropósito no se arregla con arengas patrias y enviando al ejército a la frontera. "La patria ecuatoriana ha sido ultrajada" se escucha; para mí no habría mayor ultraje que el que jóvenes ecuatorianos tuvieran que morir en refriegas fronterizas que no favorecerían a nadie...¿se acuerda hoy algún general de los jóvenes argentinos que murieron en las Malvinas? ¿se acuerdan de los soldados ecuatorianos que murieron en las refriegas contra Perú?...

Ecuador y Venezuela también han hecho mal si de alguna manera han dado cobertura o apoyo a estos grupos combatientes, cosa que por otra parte es una constante en América Latina...se me viene a la cabeza el apoyo que recibía la Contra nicaragüense en El Salvador, desde donde hostigaban al gobierno sandinista.
Por si fuera poco, entra en el juego el presidente Hugo Chávez aireando asuntos de estado en programas televisivos de dudosos contenidos y gusto: "general, envíeme 10 batallones inmediatamente a la frontera"...y el general se levanta como títere a cumplir.
De repente, el guerrillero/terrorista muerto es "el compañero comandante", se acuerdan de los derechos humanos, se guarda un minuto de silencio, etc...y es que se ve más fácil la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Es fácil buscar enemigos exteriores para mantener una unión interna que no se consigue siendo un buen gobernante; mientras la gente piensa en lo malos que son los colombianos y su presidente, no piensan en la situación interna de su propio país. Así vemos como Venezuela, Colombia o Ecuador emiten una corriente continua de personas que deben abandonar su país, su familia y sus amigos para poder subsistir y como se pierden buenos profesionales, artesanos y artistas, las más de las veces desaprovechados en este exilio económico.
En la reacción ecuatoriana cabe la protesta, la diplomacia e incluso la denuncia en todos los ámbitos posibles, incluso en Naciones Unidas pero nada más, porque lo contrario es querer jugar con fuego.