Augusto Pinochet: especial dictador 2.

(fotos: periódico "El Mundo")

Comparemos ahora con los honores que recibieron los asesinados, los desaparecidos, los descarnados; no había que ser un criminal para que te tocase esta suerte...simplemente estar sindicado, tener ideas diferentes, ser estudiante o peor aún, que le hubieses caído mal a alguien. Imaginen la desesperación de sus madres si un día simplemente no regresan de las clases o del trabajo. Esta zona de fosas estaba situada a las afueras de un campo de detención emplazado en pleno desierto de Atacama, a miles de kilómetros de cualquier zona habitada...imagínense allí en manos de criminales, desprotegidos, sufriendo torturas, desamparados, deseando incluso la muerte...